jueves, 28 de junio de 2012

Pregunta cósmica

Tengo que lanzar una pregunta al vacío: ¿qué debo perseguir la perfección o la felicidad?

martes, 26 de junio de 2012

La locura de Hans Rott

El otro día escuché en la radio la curiosa historia del compositor Hans Rott, contemporáneo y eventual compañero de piso de Mahler. Resulta que este músico austriaco nacido en 1858 presentó su recién concluida sinfonía en Re Mayor a Brahms con la intención de que la interpretase pero éste la rechazó alegando que carecía de talento y aconsejándole incluso que abandonara la música. Hans Rott encajó mal el golpe y en el viaje de vuelta, presa de un ataque de locura, hizo detener el tren en el que viajaba al grito de "Brahms ha llenado el tren de dinamita!" Al año siguiente fue ingresado en un asilo con un terrible diagnostico, locura y manía persecutoria. Allí continuó componiendo pero poco a poco fue cayendo en una profunda depresión, destruyó gran parte de sus obras y, tras varios intentos de suicidio, murió de tuberculosis en 1884.

Que historia tan triste!! Me ha hecho pensar en por qué anhelamos tanto la aceptación de los demás, en cómo un rechazo a alguna de nuestras creaciones puede hundirnos hasta tal punto. Bien es verdad que Hans Rott padecía, además, un trastorno mental que agravó su reacción ante el rechazo, pero qué dañino es, a mi juicio, basar nuestra felicidad en la aceptación del otro. Deberíamos basarla en el mero hecho de haber conseguido llevar a la realidad nuestros sueños. Nuestro amigo Hans Rott quizá se podría haber salvado si hubiera comprendido que el mero hecho de plasmar en un papel la música que sonaba en su cabeza ya había sido su mayor logro. ¿Qué sabia Brahms de lo que había en la cabeza de Rott? ¿Como podía saber si éste había sido fiel a si mismo, plasmando sus propias ideas en su composición, o bien se había traicionado escribiendo únicamente lo que sabía que querrian escuchar los demás? ¿No habría sido esto ultimo, en realidad, el peor fracaso? Pero nos empeñamos en desear la aceptación por encima de todo, sacrificando incluso nuestras ideas propias con el fin de gozar del beneplácito colectivo y aún sabiendo que las ideas que realmente cambian el mundo son aquellas que destrozan lo preestablecido, y, por tanto, las que todo el mundo rechaza en un principio.

Tras la muerte de Hans Rott, Gustav Mahler dijo de él "...Su genio se elevaba a tal altura, ya en esa primera sinfonía que escribió con apenas 20 años, que no exagero al decir que él fue el fundador de la Nueva Sinfonía, tal y como yo la entiendo. Pero lo que quería no llegó a conseguirlo plenamente..." Y esto confirma mi teoría, hay que ser valiente y no tener miedo a equivocarse, para poder aportar al mundo nuevas ideas, que andamos algo necesitados de ellas. Y ahora toca preguntarse, ¿con qué puedo contribuir yo?


PS: podéis escuchar aquí su sinfonía en Re mayor.

lunes, 25 de junio de 2012

Why Crazy Gipsy

When you look into my eyes
And you see the crazy gypsy in my soul
It always comes as a surprise
When I feel my withered roots begin to grow
Well I never had a place that I could call my very own
That's all right, my love, 'cause you're my home




Me encanta esta canción de Billy Joel y me gusta especialmente la segunda frase, and you see the crazy gypsy in my soul, porque la identifico con una parte de mi alma que muy pocos o quizá una sola persona en el mundo es capaz de ver. En este blog no pretendo desvelarla pero sí dar rienda suelta a algunos de los pensamientos e inquietudes que surgen en esa parte tan recóndita y que no puedo evitar escribir. ¿Por qué no dejarlos encerrados en un diario con hacía habitualmente? No lo sé, quizá porque ha resurgido en mí el absurdo afán de convertirme en escritora, o quizá porque piense que podrían ayudar a alguien, o quizá por el oscuro anhelo de querer sentirse leído y aprobado, quién sabe. Quizá sólo el que conoce mi alma lo sepa...